martes, 18 de enero de 2011

Palabra

La novela del verano es sin dudas la de Erviti-Falcioni-Portell-Boca-Banfield. Diversas declaraciones, propuestas, llamadas, contestaciones, faxes y tantas otras cosas, han hecho de un pase una cuasi cuestión nacional. Pero vale la pena repasar todo lo acontecido y ponerse hoy por hoy en las dos posiciones que hay en esta historia: la del jugador y la de Portell (presidente de Banfield). El tema empieza con la ida de Julio Falcioni a Boca. A partir de ese momento, Pelusa hizo público su deseo de contar con su jugador estrella en el club del sur, Walter Erviti. Previo a esto el jugador había declarado que estaba muy cómodo en el club y por eso firmaba un contrato extenso y que apuntaba a que el jugador se retirara allí. Pero luego los llamados de Julio César empezaron a cambiar el ánimo y el pensamiento del jugador y empezaron las declaraciones. "Con Julio voy a la guerra", dijo Erviti. El "estoy cómodo pero quiero saber si hay una oferta por mi" denotaba un mensaje contradictorio. Para qué saber si hay una oferta si no te querés ir?. Le siguió el "me parece un tanto exagerado esa pedir esa plata por mi. No lo valgo" tras la confirmación de Portell que Walter vale 3 millones de dólares. Eso vislumbraba que ya empezaba la presión por bajar el valor y hacerlo accesible a Boca, que no estaba en condiciones de hacer semejante erogación de dinero y menos por un jugador de 30 años al que casi seguro que no vendería por una cifra ni siquiera cercana.
Pasados los días, con faltazo incluído, Erviti fue a la pretemporada y se enoja con el presidente de Banfield por no avisarle que Boca había ofrecido 2 millones de dólares más la cesión de un jugador y que la habían rechazado. Esto enervó el clima y ya nada fue lo mismo, al punto que ayer en un partido entre titulares y suplentes, Erviti se cansó y dejó la practica sin autorización ni aviso para verla desde atrá de un arco.
Para ponernos del lado del jugador hay que pensar que es una gran oportunidad la de jugar en Boca, de cobrar un dinero importante por una transferencia. A los 30 años le llega la chance de mostrarse al mundo porque, con todo el debido respeto, Banfield no es lo mismo que el Xeneize.
Para ponernos del lado del presidente de Banfield hay que entender que el no quiere desprenderse de un jugador que le dio mucho pero que el fue a buscar cuando estaba en el ostracismo, que lo bancó. Y menos para reforzar a otro equipo del fútbol argentino y contribuir con un posible éxito boquense. Por eso la alta cotización, aunque si los de La Ribera le ponían en la mesa la que pedía se lo daban con un moño.
El tema acá pasa porque no se respetan los contratos y la palabra perdió su valor. Los contratos están para respetarlos y todos deberían saberlo y aplicarlo. Se le pide a los dirigentes que respeten los de los entrenadores pero los jugadores y los mismo Dts (caso Falcioni) lo rompen a la primera de cambio por una situación ventajosa. Y las palabras pasan a ser mentirosas, porque nadie puede creer cuando un jugador dice que es el club que ama, que está cómodo, que se quedaría a vivir, que es el mejor club del mundo y la hinchada lo mismo, ya que a la primer señal de mejora económica chau chau, adios. Recuerdo el caso de Matías De Federico en Huracán, que fue parecido (Mujer de Olé me ayudará a recordar si estoy en lo cierto). A los hinchas del Taladro no debe caerles nada bien que un jugador tan importante se sume tarde a la pretemporada, que abandone la práctica y que esté con la cabeza puesta más en la casaca azul y oro que en la verdiblanca. Es difícil pero en este caso yo me pongo del lado del club, porque no quiere regalar a un jugador que recuperó, que es muy importante para su estructura y porque le hizo un contrato para que retire allí. Si lo importante es jugar al fútbol y si estaba tan cómodo como decía, no debe ponerlo mal que la transferencia no se realice.
Abrazo!

jueves, 6 de enero de 2011

Decisiones

Desde este humilde espacio hemos tratado siempre de defender un estilo de juego, una forma, una idea. Jugar bien siempre debe ser lo más importante y una causa para llegar a una consecuencia: la victoria. Nunca el fin justifica los medios y es por eso que desde aquí valoramos a todos aquellos que en estos tiempos exitistas y vertiginosos, habrientos de entrenadores, buscan ganar a través de jugar bien al fútbol.
Siempre se ha respetado a todas las formas porque se comprobado que todas son válidas para ganar, solo que a mi me gusta una sola: jugar bien. Y como cada uno tiene sus necesidades y sus gustos es a partir de ahí que se toman decisiones para lo que uno quiere. Los dirigentes no escapan a esto y es por eso que seleccionan a los técnicos de acuerdo al gusto y a la mística del club. En Boca se han inclinado por Julio Falcioni, hombre táctico, conservador, que no deja nada librado al azar y hace un culto de la pelota parada. Esos son sus recursos y por eso los Xeneizes lo eligieron. El amigo Súper Riquelme sostuvo hace un tiempo que los hinchas de Boca se habían vuelto exquisitos gracias a Román y que el clásico "huevo, huevo, huevo" había quedado atrás. Pero los directivos parecen pensar distinto y querer volver a esas fuentes. El tema es que están pasando de estilos como quien cambia de ropa interior. Vienen de Borghi, quien tiene un estilo totalmente opuesto a Falcioni y ahí cabe la pregunta de en que piensan a la hora de tomar la decisión.
Otro equipo que esperemos no se haya equivocado es Gimnasia y Esgrima de La Plata. Con la llegada de Angel Cappa sabido es que desde aquí se apoyara al Tripero y todos esperamos con ilusión ver en el bosque el buen juego que pregona el DT. Pero también está la otra cara y es la situación apremiante que vive el Lobo. Y no es porque no se le tenga Fe a Cappa, todo lo contrario. Sabemos de su capacidad, de lo que pretende y de lo que puede dar. El tema es que todo esto lleva tiempo, no se juega bien de la noche a la mañana. Y Gimnasia no tiene ese tiempo. Debe salir ya de la situación en la que está. Lo exigen hinchas, dirigentes y la historia del club. Quien dice que el equipo arranca jugando de manera espectacular y se olvida de todo en la fecha 13. Pero es muy difícil y este campeonato define todo. Y es ahí en donde uno se pregunta si la decisión tomada es la correcta, si es lo que se pretende, si se evaluaron las posibilidades. Uno quiere creer que si pero si lo echan a la 4ta fecha porque el equipo no juega como el Huracán del 2009 y ganó un solo partido, evidentemente lo que querían los dirigentes era otra cosa. Y es por eso que las decisiones que son tan fundamentales en los clubes muchas veces se toman mal y perjudican. No estoy diciendo que a Cappa le vaya a ir mal, es más yo voy a ser un simpatizante del Lobo todo el torneo. Lo que digo es que si los que toman la decisión quieren una cosa que busquen lo más adecuado para conseguirla y que sostengan la decisión en el tiempo, asi ganarán cosas para su club. La llegada de Angel resulta esperanzadora para los hinchas triperos, que tienen la ilusión de salir de una buena vez de ese lugar que ya llevan ocupando hace varios años. Y nosotros que queremos ver buen fútbol vamos a tener la mirada puesta en el bosque con la ilusión de ver toques, toques y más toques y de ver las cosas que vimos hace un tiempo en el Tomás Adolfo Ducó de la mano de Cappa y sus angeles.
Se viene un torneo que promete ser apasionante desde varios temas. Esperemos que el nivel sea uno de ellos y que sea muy bueno o al menos mejor que los dos torneos anteriores. Como siempre se dice cuando arranca una nueva etapa, material hay. A aprovecharlo.
Abrazo!