
Estoy escribiendo esto y no puedo parar de pensar en el partido del sábado. Mi ansiedad es enorme y mis ganas de festejar una victoria son aún mayores. Estamos por jugar frente a Alemania en la misma instancia en que nos eliminaron el mundial pasado, estamos por luchar para llegar a semifinales que es una instancia a la que no llegamos desde Italia 90 cuando perdimos la final justo ante los teutones (y ante el nefasto Codesal). Pero la verdad es que cuando llegue el sábado nada de eso va a ser recordado. El único sentimiento que va a estar presente es el de ganar, el de querer festejar, el de defender la camiseta a morir. Esa va a ser la motivación principal.
Más allá de los cambios tácticos que pueda hacer Maradona hay una sola cosa que no debe faltar, de lo contrario estamos perdidos: el corazón. Jugar con el corazón nos garantiza ganar, porque el corazón argentino late más fuerte, porque en el corazón de los jugadores estamos todos latiendo y empujando con fuerza. Eso nos hace diferente a los demás y eso es lo que tenemos que demostrar el sábado. Diego ha sabido darle ese mensaje a los jugadores y está haciendo que vuelva una mística a la selección. Podemos discutir si se juega bien, si se juega mal, si acierta o falla en los cambios o decisiones, si hay que jugar con tres delanteros o dos. Pero no podemos negar lo que ha logrado el 10, más allá del resultado que brinde el partido de cuartos.
Esta selección está en condiciones de hacer historia, de crear su propia historia y está en ellos que el final sea feliz. Somos muchos los que confiamos y tenemos FE en este equipo, somos muchos los que peleamos defendiendo este estilo ante muchos que presentaban argumentos que en varios casos no eran válidos y solo se basaban en prejuicios y cuestiones personales. Pero ahora ya no importa porque queremos ver a todos festejar, sin distinción, sin marginar. Porque somos argentinos y estamos y vamos a estar con los 11 que salgan a la cancha, trabando, cabeceando, metiendo y jugando. Porque lo que está en juego es nuestro honor, nuestros colores, nuestra sangre y queremos que la bandera esté en lo más alto. Abrazo!